Nació en San José. Un 27 de agosto del 45. Y además, que su vida profesional se materializa en diversas esferas, en las cuales permanece su huella por su alto nivel de excelencia:
Desde su época de estudiante, Don Enrique ocupa múltiples cargos de enorme trascendencia para el país llegando a ser miembro de la Sociedad Internacional de Criminología (S.I.C.), con sede en París y Secretario General Adjunto para América Latina.
Forma parte de un proyecto denominado Red Penal Internacional, constituida por destacados juristas iberoamericanos y es nombrado Director General del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD) Asimismo, asume como miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde participa en la elaboración de importantes sentencias sobre temas fundamentales como la tortura, la pena de muerte y los derechos de los pueblos indígenas.
Realiza una destacada labor en su carrera diplomática como embajador en diversos países europeos. Luego de su regreso a Costa Rica, el Grupo de Embajadores de Carrera lo invita a ingresar como miembro pleno, en reconocimiento a su trayectoria diplomática. En ese mismo año, el 29 de octubre, la Asociación Costarricense de Derecho Internacional y el Consejo Latinoamericano de Derecho Internacional y Comparado, con el apoyo del Instituto Diplomático Manuel María de Peralta, lo distinguen con un importante reconocimiento.
Se destaca en diversas áreas fundamentales para el país: Derecho penal, Sociología y Criminología
¿Dónde? En la Universidad de Costa Rica, A él debemos la formación de penalistas y criminólogos, Investigadores y docentes con un enfoque moderno.
Y también en Francia, en donde obtiene su doctorado en Criminología, en la Universidad de Burdeos.
Su llegada a la academia en Costa Rica coincidió con la implementación de un nuevo código procesal penal, lo que lo convirtió en formador de la primera generación de operadores del nuevo sistema judicial.
Por su amplia formación y por sus méritos personales, su comprobada honestidad y su intachable conducta pública y privada, es llamado a ocupar el cargo de Ministro de Justicia, además de ocupar varias posiciones en órganos de su partido, Liberación Nacional, en donde se destaca como miembro titular del Tribunal de Elecciones Internas, miembro suplente; miembro de la Comisión Política Nacional, Presidente del Tribunal de Alzada.
Don Enrique se destaca por su dedicación y contribución permanente al desarrollo académico, jurídico, diplomático y literario, su contribución a temas fundamentales en derechos humanos para Costa Rica y el mundo; y la construcción de lazos fuertes con otros territorios propiciando el beneficio mutuo.
Don Enrique fue el formador de la primera generación de abogados para el nuevo sistema procesal penal en 1975, tarea que completó con la redacción del primer libro de texto costarricense sobre la materia, Ensayos sobre la nueva legislación procesal penal, que fue muy útil en esos primeros años y reconocido por el Colegio de Abogados de Costa Rica con el premio Alberto Brenes Córdoba a la mejor obra jurídica del año 1977.
Formó además a varias promociones de penalistas y criminólogos. A estos últimos, los inició como investigadores y teóricos de la criminología moderna, tanto en las aulas como en el campo de la investigación empírica, con lo cual dio nacimiento a esa especialidad en el país.
Don Enrique atendió algunos de los casos más sonados en el foro costarricense de ese tiempo, que le permitieron poner en práctica una exitosa técnica jurídica aunada a la retórica forense en juicios orales difíciles, pero no guarda registro escrito de ningún alegato. También porque nunca consideró que la práctica liberal de la profesión de abogado fuese parte de su vida pública.
Don Enrique lideró la diplomacia nacional durante el conflicto con Nicaragua por la invasión a Isla Calero en 2010. Esta disputa marcó su carrera, ya que, fue uno de los casos más difíciles que se han llevado desde cancillería en contra de otra nación. Hubo una ardua negociación con todos los Estados miembros de la OEA para obtener el apoyo. Finalmente, Costa Rica salió victorioso del proceso.
Don Enrique inició en la diplomacia cuando fue embajador en Francia en 1986 a 1990. Asumió de nuevo el cargo en 2007 hasta finales del 2018. Se desempeñó como Embajador, Representante Permanente de Costa Rica ante la Organización de Estados Americanos (O.E.A.), en Washington, D. C., del 2007 al 2011; de allí pasó a servir como Ministro de Relaciones Exteriores, en San José (2011-2014) y, luego, a Londres, como Embajador ante el Reino Unido (2014-2018), con sede en Londres, y Embajador concurrente ante los Reinos de Noruega y Suecia, lo mismo que ante la República de Irlanda (2016-2018). Luego de su regreso a Costa Rica, el 28 de marzo del 2019, el Grupo de Embajadores de Carrera lo invitó a ingresar como miembro pleno en reconocimiento a su trayectoria diplomática.
Don Enrique es experto en criminología, y en políticas públicas sobre seguridad y narcotráfico. Tiene una visión integral de estos temas debido a su formación como sociólogo y criminólogo. Esto, de la mano de su amplia trayectoria y experiencia como abogado penalista. También es estudioso de los problemas del desarrollo por lo que conoce con claridad los problemas sociales y económicos del país.
Ante el contexto de crisis de inseguridad sin precedentes que enfrenta Costa Rica don Enrique, como experto en la materia, propone 4 ejes de ejecución: